miércoles, 12 de febrero de 2014

Queridos amigos y seguidores:

Hoy de nuevo con ustedes, sintiendo en mi corazón un dolor profundo; dolor que nos embarga a muchos en este país. 

Más allá de la “culpabilidad”, calificativo éste que siempre aparece cuando somos incapaces de vernos a nosotros mismos, es importante entender que “Un culpable”, resulta cómodo  y seguro para todo aquel que tiene la imperiosa necesidad de esconderse tras sus propias sombras.

“Un culpable”, endosa nuestra responsabilidad personal al otro, creandonos una falsa vía de escape para seguir engañándonos. y evadiendo lo que debería ser nuestro compromiso con la toma de decisiones estando concientes de quienes somos y presentes en lo que somos en nuestras propias vidas, 

Sentir nos sana,  siempre que nos haga más concientes, responsables y capaces de accionar para ser mejores. Sentir, es una fuerza que nos hace experimentar de forma honesta nuestras realidades y transitarlas desde la conciencia para poder cambiarlas. Sentir, es el propósito real de todo aquel que decide vivir en paz consigo mismo para poder transmitir paz a los que le rodean.

Por eso, al igual que muchos de mis hermanos venezolanos, hoy asumo este sentimiento de dolor en mi corazón por la muerte de esos jóvenes que por sentir y amar a su patria, por defenderla,  por querer cambiar su realidad como ciudadanos y más allá de eso, por querer cambiar la realidad de la mayoría de  nosotros en este país como quizá muchos no lo han hecho, hoy han sido capaces de hacer algo tan duro como entregar trágicamente sus propias.

Hoy responsablemente,  siento dolor de esos padres y madres que hoy lloran a sus hijos y que en sus más íntimos y sublimes sueños de existencia, cuando decidieron ser padres como muchos lo somos,  trajeron a sus hijos al mundo para la vida y no para la muerte.

Hoy siento dolor, porque reconocer tal sacrificio de parte del otro cuando yo formo parte de todo esto que hoy llamamos “crisis en Venezuela” inevitablemente me duele profundamente. Porque para mí, el dolor de un padre o una madre es el dolor de todos los padres y las madres del mundo.

Sin embargo, ¿cuántos de nosotros somos capaces hoy de ver el costoso el precio que ellos pagaron por apostar a la sanación de nuestras vidas, de un sistema social y de un país como Venezuela?   Dios!!! Que precio tan grande!!! han pagado por nosotros…

Sobre todo, ese precio se hace mucho más grande y costoso, cuando hacemos conciencia que a ese sistema y a ese país también pertenecemos cada uno de los que esta patria vivimos  y siendo así ¿somos entonces capaces de asumir alguna cuota de responsabilidad personal en la sanación de nuestra Venezuela como dolorosamente y desafortunadamente lo hicieron ellos?

Si el dolor de uno es el dolor de todos, entonces habrá posibilidades. Si existe la unión  real y respetuosa desde la conciencia y la responsabilidad por nuestro país, entonces habrá posibilidades. Si hay respeto por la vida misma al igual que por la vida de otro, entonces habrá posibilidades. Si respetamos el dolor del otro como el de nosotros mismos, entonces solo así habrá posibilidades.

Anoche escribí para ustedes estas palabras que hoy cito de nuevo textualmente: “Respetando el sentir de todo aquel que vide en esta patria dentro de este proceso para sanar, hoy es necesarios decir que toda crisis conciente siempre trae como consecuencia una resolución provechosa y congruente y esa resolución se vislumbra para cada uno de nosotros y para nuestro país, pues, por esto hoy vivimos lo que hoy vivimos y  decidimos sanar  lo que hoy sanamos.  

Más allá de lo difícil y doloroso que pueda ser el proceso que nos espera, la firmeza y templanza llena de honestidad, respeto por la vida y la coherencia en nuestras acciones y decisiones basadas en la ética y la confianza en DIOS son las únicas alternativas que nos quedan para sanar a Venezuela y a cada uno de nosotros”.

Hoy con el dolor que me embarga y haciendo llegar mi más sentido pésame a todos los padres, familiares y amigos de los fallecidos hasta este  momento,  hago conciencia de estos hechos y asumo mi  responsabilidad como ciudadano de este país… Pero también respetuosamente le pido a cada uno de ustedes que hagan conciencia de lo sucedido.

Hoy, más allá de las creencias de cada uno, más allá de los ideales de cada uno, más allá de lo que decidimos creer o no en cada momento que transcurre desde hace mucho en este país, tenemos que darnos cuenta de que los que hoy murieron SON VENEZOLANOS¡¡¡    Venezolanos como nuestros hijos, como nuestros sobrinos, como nuestras familias, como los seres que amamos. Venezolanos  paridos en esta tierra como cualquiera de nosotros y con el derecho natural a la vida o a la muerte  desde el respeto y consideración de los que con ellos convivíamos y le rodeábamos también como venezolanos…
 
Este es el momento de sentir a Venezuela como una sola y no dividida en dos…

Hoy es el momento de valorarnos como unidad social desde el respeto la coherencia y la honestidad y no como un resultado de ideales políticos y personalistas que de no ser desenmascaramos de inmediato desde nosotros mismo, irremediable y dolorosamente nos cobrarán el alto precio que hoy pagamos con la vida de más VENEZOLANOS…

“El dolor nos sana, cuando somos concientes de sentirlo desde nuestras realidades personales, siendo capaces de asumir nuestras creencias y estando dispuestos a cambiarlas para poder evolucionar.
Solo así, tenemos la  oportunidad de rectificar y ser mejores”.

 RECUERDEN:
VALORARNOS, RESPETARNOS Y AMARNOS A NOSOTROS MISMOS COMO LO HACE EL CREADOR CON CADA UNO DE SUS HIJOS EN EL UNIVERSO ES SANAR,  ESO SE TRADUCE EN
“AMAR AL PRÓJIMO COMO A SI MISMO”.
TRANSFORMEMOS NUESTRAS ESPERANZAS EN FE Y  ACCIONES
“NADIE PUEDE HACERLO POR NOSOTROS”¡¡¡

Ángel Vásquez
Psicoterapeuta TH